¿Por qué somos celosos?
¿Es posible no tener celos? Los celos son un sentimiento normal, como la tristeza, como el amor... Todos tenemos celos aunque no se vean, aunque la apariencia sea de que no existen, al contrario, son inconscientes y por esta razón tienen en la vida emocional mucha importancia. Cualquier situación en la que nos podamos sentir excluidos es factible de producir celos, cuando suena el teléfono y estamos conversando, el móvil, que muchas veces ocupa el lugar de las conversaciones.
Los celos no tienen que ver con querer o no querer a la pareja o con la inseguridad, el celoso está mostrando un sentimiento de posesión hacia la otra persona. Muchas veces creemos que las personas nos pertenecen, uno de los miembros de la pareja cree que la otra parte le pertenece y que puede hacer con ella lo que le da la gana.
Por mucho que cueste reconocerlo nadie pertenece a nadie, las personas no se pueden tener.
En los celos paranoicos, por ejemplo, el enfermo cree que la otra persona le pertenece hasta el punto de llegar a agredirla o matarla, porque cree que es suya. Es un tipo de celos que requiere tratamiento.
En los celos proyectados son los propios deseos de infidelidad los que se proyectan en la pareja. Especialmente las personas que niegan tener estos deseos, sienten muy fuertemente esta presión y necesitan aliviarla con un mecanismo inconsciente que es proyectar sus propios impulsos de infidelidad en la pareja. Por este motivo acusan a su pareja de ser infiel, lo que produce peleas muy frecuentes que llegan a desgastar la relación. En este caso el psicoanálisis nos enseña que reconocer los deseos es bueno, solamente reconocerlos hace que todo cambie, no es necesario ser infiel.
Es muy interesante puntualizar que los celos son una puerta de acceso hacia el conocimiento. Cuando nace un hermano o hay algún nacimiento en la familia, el niño se siente desplazado, destronado y celoso. En este momento comienza su investigación sexual, investiga cómo nacen los niños. Esta investigación es la tarea a la que se dedica el niño en su primera infancia. Hay que aclarar que esta investigación siempre se produce en solitario y aunque los padres expliquen sobre el tema, ellos tienen sus propias teoría sexuales.
Aparece en el niño, con esta investigación, el instinto de saber y es muy importante dejarlo que haga sus propios descubrimientos. Es el primer paso de la orientación independiente del niño hacia el mundo. Esta investigación va a ser el prototipo de todo proceso mental en la edad adulta.
Es decir que los celos introducen al niño en su primera investigación intelectual.